El lunes llegó tarde y vino en taxi. Se disculpó, me dijo que había ido al
pueblo, a ver a sus suegros, y el tren llegó con retraso.
Le vi tan abatido que no me atreví a preguntarle si ya sabía algo de su
mujer. No era la primera vez que tras una bronca metía cuatro cosas en una
bolsa, apagaba el móvil y se iba unos días. Luego, regresaba como si no hubiese
pasado nada.
En esta
ocasión, ya han pasado diez días y el móvil sigue
apagado.
La policía insiste. Ayer vinieron a revisar la taquilla de López
y otra vez hicieron preguntas. Les repetí lo sucedido el lunes y les comenté que
el hombre es muy reservado. Lo poco que hablamos es en los cambios de turno y
él trabaja de noche.
Esta mañana, llegué media hora antes y le
invité a un café. Quizás necesitaba hablar, porque me contó que discutían a
menudo. Le aconsejé que se tomase un descanso y me dio la razón.
—Un tiempo
de reflexión me vendrá bien—me dijo.
Eran las
once cuando se atascó la cinta que lleva la basura al incinerador y avisé
al técnico.
— ¡¿Quién
cojones tiró esto aquí?!
Bajé a ver
qué pasaba. Inmediatamente llamé a la policía, se me había olvidado decirles
que el lunes López llegó arrastrando una maleta grande. Los restos que
atascaron los rodillos eran del mismo color. Me conmocionó la mano aplastada. ¡Qué
horror! Ni se molestó en quitarle la alianza.
© Carmen Ferro.
Me ha encantado la forma en la que está narrada la historia.
ResponderEliminarDesgraciadamente, este tipo de asesinos salen como setas y el número de asesinadas por violencia machista da miedo.
Hola, delaFlor. Gracias por valorar la narrativa. En cuanto a los asesinos de este calibre, no son tantos ni de ahora, siempre los ha habido, lo que sucede es que impactan mucho y hoy día tienen más repercusión informativa. Se da más en hombres porque tienen la fuerza física para hacerlo. Violencia es un término muy amplio. Habrá que educar mejor en el respeto por la vida ajena.
EliminarUn saludo.
¡Hola, Carmen! Muchas gracias por participar en el microrreto con este terrorífico relato. Tiene muy buena estructura: dejas una serie de pistas y piezas que podemos encajar al final de la historia, cobrando un inquietante y cruel sentido todos los hechos expuestos. Además, en este caso el villano es muy realista, pues podría ser una persona de a pie con la que podríamos cruzarnos en cualquier momento sin saberlo, como el narrador que cuenta la historia siendo su compañero de trabajo.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Hola, M.A. Gracias a ti, por animarnos a escribir este micro. Es todo un reto, mostrar en un texto tan corto, una historia protagonizada por el peor de los villanos, que es el que parece que nunca rompe un plato. Por eso me halaga tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Era un pelin descuidado, mira que llevar el cadáver a triturar al trabajo.
ResponderEliminarAyer vi un reportaje de crímenes americanos en wue la asesina es descubierta por buscar en Internet como desencallar una sierra eléctrica, con la wue había descuartizado sl marido). Las máquinas sirven para lo que sirven.
Has mantenido la tensión muy nien hasta el finsl sin que resulte sospechoso el asesino.
Abrazoo
Hola, Gabilante. Quizás su trabajo le parecía el plan perfecto. Y como expongo en un comentario anterior, pienso que la violencia de este perfil de asesinos es más fácil de ejercer por una persona con fuerza física. Y el caso que comentas es un ejemplo.
EliminarUn abrazo.
Pues le salió el tiro por la culata. El supuesto crimen perfecto acabó en un desperfecto, je,je.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tienes razón, Josep. No calculó bien todos los parámetros.
EliminarUn abrazo.
¡Uf! Tremendo, Carmen. Ese final le da la vuelta por completo al personaje y al conjunto de la historia. Muy buen micro.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marta. Me alegra haber conseguido ese efecto final.
EliminarUn saludo.
Así de imperfectos son los crímenes perfectos. Tal vez en el ataque se les obnubile el cerebro pero siempre me pregunto por qué el asesino no se pregunta por la mente del prójimo; en ocasiones tan cruel como la propia pero con más control. Muy buen trabajo. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Juana. Las personas criminales no sienten empatía, por eso son capaces de planificar con sangre fría.
EliminarUn abrazo.
Y ese López con lo buen trabajador y hombre educado y tranquilo. Quién lo iba a decir. Ahora en busca y captura...Aunque estos cobardes a continuación se quitan la vida. Lo de la alianza es un detalle, pues certifica las promesas del matrimonio: "Hasta que la muerte nos separe"
ResponderEliminarContundente relato.
Un abrazo.
Hola, Francisco. Todos tenemos en la memoria algún caso de mosquita muerta que nos dejó pasmados, cuando supimos lo que fue capaz de hacer e intentó engañar a todos después de matar a lo más sagrado: sus hijos. ¡Quién nos lo iba a decir!
EliminarUn abrazo.
Tremendo este "López, el villano"! Aunque a mi, me inquieta más este compañero suyo que nos relata esta macabra historia como con "horchata en las venas"! Ja, ja! Un abrazo!
ResponderEliminarHola, Marifelita. El compañero desconocía al prenda que tenía al lado. Más que sangre de horchata, tenía compasión.
EliminarUn abrazo.
Tremenda historia, muy mal le salió el asunto, muy bien contada no me imaginaba ese final.
ResponderEliminarSaludos, PATRICIA F.
Gracias, Patricia. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn saludo.
Madre mía... me has recordado 'Asesinato en Manhattan' de Woody Allen. Otro villano que cae. Muy bien contado.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias, MJ.
EliminarUn saludo.
Hola Carmen, que tremendo caso nos cuentas, ese López era reservado y algo más. Uff que mal le salió la cosa.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Hola, Puri. Digamos que el López las mata callando. Son los peores.
EliminarUn abrazo.
Escalofriante relato, Carmen. La trama me encantó, así como la evolución de los personajes en tan pocas palabras. El desenlace le da la vuelta a la tortilla por completo. Muy buen relato, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias por estas palabras tan amables, Carles.
EliminarUn abrazo.
Lo de la alianza se queda marcado, si el descanso era eterno sobre todo para su mujer. Bien llevado. Carmen un abrazo.
ResponderEliminarGracias tu comentario, Ainhoa.
EliminarUn abrazo.
Raras veces la casualidad es imparcial. Muy buen micro, enhorabuena.
ResponderEliminarMuchas gracias, Guille.
EliminarUn saludo.
¡Hola, Carmen! Un micro que me lleva al género True Crime, el crimen real. Desconozco si te has inspirado en algún caso, pero el uso del narrador testigo, diría que cámara, te sirve para mostrarnos todos los indicios de un crimen, vemos a través suyo al personaje, su personalidad y hábitos, sus movimientos y, finalmente, esa maleta que pone fin a la investigación y revela el crimen en la mente del lector. Fantástico! Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias, David, por este comentario tan generoso. Digamos que la inspiración está presente en las noticias con demasiada frecuencia.
EliminarUn abrazo.
Muy bueno. Me ha gustado cómo se va soltando la información poco a poco hasta llegar a ese final impactante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Agradezco mucho tu comentario, Rosa.
EliminarUn abrazo.
Ostras, Carmen, y mira que al principio sentí algo de penita por el prota, quién me iba a decir el vuelco que me has dado al asunto. Asunto turbio y con un asesino un poco chapucero, todo hay que decirlo, je, je.
ResponderEliminarGenial relato de novela negra, impacta la imagen de la mano aplastada.
Un abrazo!
Gracias, Pepe. Pocos son los asesinos que consiguen rematar con éxito el plan perfecto.
EliminarUn abrazo.
Felicidades, Carmen, por este micro tan logrado. De los que te dejan huella nada más leerlo. Las dos frases finales, tan visuales y plásticas, se te quedan grabadas.
ResponderEliminarDesprende tanto realismo que te encoge el corazón. Tal vez por la influencia de las noticias tan macabras sobre este tema.
¡Un abrazo!
Muchas gracias por tu generoso comentario, Pilar.
EliminarUn abrazo.
Hola, Carmen. Destaco de este relato el perfil que has creado del protagonista, un hombre tímido y reservado, educado (se disculpa por llegar tarde) y frío (es capaz de llevar los restos de su mujer al trabajo porque justo allí hay una trituradora), pero sin embargo falto de empatía como demuestra su acto vil y el detalle del anillo. También de pasada retratas el carácter de la víctima, impulsiva y explosiva con esos arranques en los que desaparece sin dar explicación, ya volveré cuando quiera y me convenga, parece pensar. Del final destaco dos cosas, que te hayas reservado el detalle de la maleta, que contado al principio hubiera echado por tierra el relato pero al final nos revela sin indicarlo expresamente quien es el asesino, y el anillo, que como comentaba antes deja intuir mucho del carácter del asesino. Un trabajo cuidado, con bastante más miga de lo que a priori pudiera parecer. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por el análisis tan detallado, Jorge. Es muy motivador para seguir elevando el listón.
EliminarUn abrazo.
Hola Carmen, tan arto lo tenía la mujer que al final el hombre con sangre de orchata, metió el cuerpo descuartizado en el incinerado de basura, un buen relato la verdad es que me quedé con la sangre Helada.
ResponderEliminarBesos de flor.
Hola, Flor. Creo que el protagonista, más que sangre de horchata, tiene cara de cemento para aparentar frialdad en una situación tan esperpéntica. Este tipo de personajes existen y cuando se les descubre el delito, suelen dejar perplejos a los que creían conocerle bien. Ejemplos hay demasiados.
EliminarUn abrazo.
Hola guapa, vengo a pedirte perdón por no contestar antes a tus comentarios, ya que llevo unos días pachucha, y no puedo ver el pc siempre que puedo ya que esta está también algo griposo.
EliminarPero tus comentarios están allí en mi blog comentados y publicados, saludos de flor.
Hola, Carmen. Un micho muy bueno que refleja una realidad que no termina. En este caso tenía la oportunidad de deshacerse de manero que no dejaría rastro, pero la máquina parece que tenía más alma que el marido. El retrato que has hecho se ajusta al perfil: hombre taciturno, aunque, ojo, no todos los callados sean asesinos. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Isan. Me has hecho sonreír... Afortunadamente la gran mayoría de las personas son buenas, sean callados o parlanchines. Lo que pasa es que algunas las matan callando.
EliminarUn abrazo.
Vaya tela, Carmen. Una historia muy espeluznante, terrible, aunque lo que realmente me pone los pelos de punta es que la realidad ha superado en más de una ocasión a la ficción. Y parece que no aprendemos.
ResponderEliminarFelicidades.
Muchas gracias, Bruno. Pue sí, es una lacra que no cesa. Tengo alguna teoría tenebrosa sobre desapariciones del cuerpo de la víctima ,que me ha inspirado este tremendo final.
EliminarUn abrazo.
Wow, qué buen relato, Carmen!! Pero al final los villanos nunca se salen con la suya. Muy bien narrada, enhorabuena. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Lola. Lamentablemente, en algunas ocasiones lo consiguen.
EliminarUn abrazo.
Fuerte, duro, realista... y muy bien narrado!
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por el comentario, Maite.
EliminarUn saludo.
Hola, Carmen. Genial relato. Has sabido dejar muy bien las pistas hasta el final.
ResponderEliminarMe encantó.
Un saludo.
Hola, Cynthia. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn saludo.
Un relato que da para una charla de bar, en ronda de café. De su desarrollo pueden surgir varios temas: la estupidez de un asesino, la manera soberbia de su desempeño, la realidad de un mundo que parece ya incorporar estas acciones como algo muy posible. Y más.
ResponderEliminarEl relato en sí está muy bueno, hasta tiene cierta ironía final, lo que le otorga un color diferente dentro de lo oscuro.
Saludos.
Hola, Nocturno Náufrago. Gracias por tu comentario. Asesinatos macabros siempre ha habido y habrá. Y asesinos que se creen muy listos, también. Piensan que actuando con normalidad van a pasar desapercibidos... No sé si es que se está normalizando o que es ahora se informa más, pero esto es un no parar.
EliminarSaludos.
uN BRINDIS POR TODOS FELICITACIONES
ResponderEliminarPues muchas gracias por el brindis y la felicitación colectiva, Recomenzar.
EliminarEs significativo que lo que le molesta al personaje que el asesino no haya quitado el anillo al cuerpo de su esposa. Y tal que se haya atascado el sistema que lleva al incinerador.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Demiurgo. Gracias por el comentario. Como han comentado anteriormente, el relato da para un debate. Es lo mágico de estos retos.
EliminarUn abrazo.
Hola, Carmen. Un micro auténticamente negro con un protagonista que al igual que una presa se rompe al acumular tanto que la desborda. Si hubiera sido premeditada su acción habría hecho paquetes más pequeños y en una semana no habría quedado rastro alguno. Bueno, ahora en la cárcel, igual se siente más libre.
ResponderEliminarSaludos
Hola, JM. Gracias por el comentario. Quizás el asesino lo veía más fácil al trazar el plan. A veces, se escapan pequeños detalles que los echan a perder.
EliminarSaludos.
Hola, Carmen:
ResponderEliminarEnhorabuena por lo fluido de tu ritmo narrativo, contado con naturalidad (como si uno fuese encontrándose cadáveres todos los días, sean éstos lunes o no).
Un abrazo, Carmen.
Hola, Nino. Muchas gracias por resaltar la narrativa.
EliminarUn abrazo.
Hola, Carmem!! Has narrado muy bien este micro. El final no me lo esperaba, la voz del narrador es lo que más me ha llamado la atención. Es un compañero de trabajo o el jefe del asesino, y cuando ve la mano aplastada se fija en el anillo y me parece un detalle muy acertado, porque hace que la terrible escena sea muy visual. Un abrazo!!
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario, Cristina. Como sabes, en un relato tan corto hay que ser conciso y contundente.
EliminarUn abrazo.
Hola, Carmen. Hace días que te comenté el relato. Paso hoy a ver tus impresiones y resulta que mi comentario ha desaparecido. Me ha ocurrido con algún compañero mas... Decirte que me ha gustado mucho la historia y los personajes. El final es muy bueno también , porque al principio parece que el problema es entre los compañeros y ese despiste es muy chulo.
ResponderEliminarAbrazo.
Hola, Pedro. Gracias por venir y volver a comentar. También me ha pasado lo mismo con algunos comentarios a relatos de compañeros. Son cosas que suceden en estos territorios.
EliminarAgradezco tus palabras sobre el texto. Como sabes, hay que jugar desde el primer párrafo hasta el punto final. Incluso, desde el título.
Un abrazo.
¡Hola Carmen! Un micro muy crudo en el que mantienes la tensión por saber qué pasará hasta el final. Tiene muy buen ritmo y que este narrado por un compañero del trabajo del asesino me ha parecido un acierto. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Rocío.
EliminarUn saludo.
Buen micro, con un final sorprendente. Felicidades, Carmen.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Macondo. Esta edición, entre todos los participantes hemos creado un buen catálogo de micros sorprendentes. Incluido el tuyo.
EliminarUn saludo.
Hola Carmen, gran micro con excelente final. Me ha encantado como lo has narrado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Dakota. Acabo de leer el tuyo y cierras estupendamente esta fabulosa edición.
EliminarUn abrazo.
Hola, Carmen, genial micro, muy visual y bien detallados los cabos a atar, me ha gustado la narrativa y su aparente pasividad ante un hecho tan sospechoso y tan sangriento al final.
ResponderEliminarUn abrazo y que disfrutes de la navidad. .