miércoles, 19 de enero de 2022

EL GLOBO TERRÁQUEO



 

— ¡Oh, querida! ¡No pasan los años por vos! ¡Estás divina!

Su voz es inconfundible. La mujer exuberante, alta y rubia, que se acerca a saludarme en la terminal del aeropuerto, es mi amiga de la infancia.  La reconozco enseguida, a pesar del tiempo sin vernos y sus retoques estéticos.

— ¡Qué linda estás, Susanita! ¡Qué alegría encontrarte!

— Llamame Susy, querida… Ya no somos aquellas niñas del barrio… Ahora yo soy influencer…Y vos… ¿Sabés? Te vi en los diarios. ¡Embajadora de Naciones Unidas! ¡Siempre tan idealista, Mafalda!… Y esa chica, Greta, simple imitadora… Leyó demasiadas tiras de Quino, ¿no es cierto?

— Bienvenida sea.

— ¡Qué cosas tiene la vida! Justo ahora nos encontramos con Felipe en el avión.  Al fin logró su sueño de volar. Es piloto… Disculpá. Te presento a mi esposo, Carlos Luis. Tenemos dos chicos. ¿Vos, tenés hijos?

—Un gusto, Carlos… Adopté una niña.

— ¿Te puedes creer que un día me encontré a Manolito viajando en primera clase? ¡Quién lo diría! Está podrido de plata, ya no repara en gastos. Tiene una cadena de supermercados, muy conocida en España… Se llama… No recuerdo ahora… ¡Soy puro desastre!…  Y vos, ¿dónde vivís?

— En Sudáfrica.

— ¡¿De veras?! ¡Trabaja Miguelito allá! Es ingeniero de minas. ¡Si lo viese su mamá, todo sucio de tierra!

— ¡Lo sacudiría!

— Y Libertad, ¿sabés algo de ella?

— Sobreviviendo... Cada día lo tiene más complicado.

— ¿Tus viejitos? ¿Y Guille?

— Guille es tour operador. Se la pasan viajando juntos.

—Oh, Mafalda, ¡el mundo es un pañuelo! ¡Abrazame, amiga!


                                                                  © Carmen Ferro.   

LA DAMA AURIENSE

      Cuentan  los que saben de estos cuentos, que a la misteriosa dama se le puede ver cabalgando, a lomos de un hermoso corcel blanc...