En medio del río de transeúntes,
la niña camina de la mano de su padre. Se destapa las orejas—atrás queda el
sonido estridente del gaitero que todos los días repite lo mismo— y vuelve a
quejarse de que los abuelos vivan en el centro histórico de esta ciudad
universal. Rebosante de visitantes y peregrinos con mochilas que se excusan, en
cualquier idioma, cuando tropiezan con ella.
— ¿No
podemos ir por otro sitio?
El padre no responde.
Sabe que las quejas de Antía cesan cuando llegan al final de la plaza. Allí, un
paje flautista anima a contemplar la figura inmóvil de una princesa, bronceada
de purpurina. Le fascina ver como se
ilumina la corona, cuando alguien echa unas monedas en el sombrero del suelo.
Su majestad inclina suavemente la cabeza, le guiña un ojo y se queda de piedra.
Continúan hacia la calle
de las platerías, donde una mujer canta boleros con un señor que toca el acordeón.
Según Antía, bastante mal.
En la callejuela donde
viven los abuelos, un manantial de notas musicales fluye entre las casas de piedra. Bajo los
soportales, Sara toca la lira. Los paseantes se detienen para escuchar su prodigiosa
voz en un poético canto medieval.
Aplauden cuando termina
y la niña, entusiasmada, deja claro a los presentes que la artista su tía.
—Papá,
¿por qué no se callan los otros para escuchar solo a Sara? Es la que mejor
canta.
—Para saber que Sara es la mejor hay que escuchar a todos, rapaciña.
Inspirado en la cita:
"El bosque sería muy triste si solo cantaran los pájaros que mejor lo hacen".
—Rabindranath Tagore
© Carmen Ferro.
Un relato con moraleja, muy bien plasmada en la narración y diálogos del texto y que queda resumida en la cita de Tagore. Toda una enseñanza. Felicidades, Carmen! Me ha encantado! Un abrazo.
ResponderEliminarHola Carmen. Una respuesta contundente del padre. Me gustó mucho tu relato, acorde con la cita. Bravo!!! Abrazos
ResponderEliminarPrecioso relato y muy bien demostrada la cita. Me gustó también que sea llevado por el personaje de la niña- Un abrazo
ResponderEliminaren la variedad esta el gusto. lo de la estatua humana del principio tampoco esta nada mal. Yo tengo en un piso cercano que ensaya trombon con las ventanas abiertas y si escucharla, puedo asegurara que Sara es la mejor
ResponderEliminarsaludosss
Qué bonita la cita, Carmen y qué buen mensaje el de tu micro. Una historia preciosa, me ha encantado.
ResponderEliminar¡Qué bueno, Carmen! Un micro con tanta sabiduría como la cita de la que nace y es que, amén de que sobre gustos, colores, todo lo que la vida nos ofrece es necesario. ¿Cómo valorar la belleza de un amanecer soleado, sin esos amaneceres nublados? ¿Cómo conocer la alegría, sin contar con la tristeza? Cómo, en definitiva, disfrutar de la Vida, sin ser conscientes de la Muerte. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarGracias siempre, David, por la incitación a escribir y la conexión del grupo. Si llevamos esta cita a nuestro territorio Tintero, podemos decir que para que brillen los metales hay que valorar la tinta derramada en cada texto participante. Un abrazo.
EliminarBuenísimo, muy lindas las descripciones, el ritmo, y el final es perfecto, en concordancia con la cita escogida. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarCierto, ver el mundo con ojos infantiles e ir aprendiendo de los mayores. La sentencia es sabia hay que oir muchas cosas
ResponderEliminarInteresante y muy aleccionador micro. Lo bueno solo se distingue por comparación con lo malo o con lo menos bueno.
ResponderEliminarUn beso.
Muy buen micro, yo lo he disfrutado mucho
ResponderEliminarY más con la soltura con la que hablaba la pequeña
Es muy sala, jajaja
Besos de flor.
Todo un acierto la voz de la niña y del padre, el título, la cita tan bien adecuada de Tagore. Una delicia tu micro, Carmen, con la musicalidad de las palabras y sobre todo de las acciones y actuaciones que nos presentas
ResponderEliminarHola Carmen. Fantástico final, cargado de sabiduría, para un micro estupendo. Le has sacado a la cita todo el jugo posible. Además, ambientada en una ciudad bellísima como es nuestra Santiago de Compostela, desgraciadamente casi convertida más en un parque temático, al menos durante la mitad del año, que en la ciudad calma y reflexiva que es cuando se la visita con la tranquilidad debida. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Jorge. Me encanta que hayas reconocido el escenario de Santiago. La masificación mata la esencia del lugar. Espero que la situación se normalice o puede morir de éxito.
EliminarUn abrazo.
Hola Carmen: Me ha encantado tu micro muy hermoso y sabio :) un abrazo.
ResponderEliminarConocía la cita y me ha encantado el micro que te ha inspirado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si es que la vida es mucho más que una simple melodía; hay acompañamientos conjuntos, contrapuntos, contracantos, temas paralelos, silencios... Un sinfín de cualidades que la hacen única y preciosa. Como tu micro. No conocía la frase, Carmen, me la apunto.
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias por los comentarios. Los leo todos pero no tengo tiempo de responderlos. Por eso, dejo aquí mi agradecimiento a los que leéis el relato y tenéis la gentileza de escribir vuestro comentario. Voy leyendo poco a poco los relatos que participan en el reto, aunque no los comente todos. Las citas están dando frutos muy jugosos en los micros.
ResponderEliminarUn abrazo compartido.
Me ha encantado como has creado la atmósfera bulliciosa del casco histórico de Santiago en tan pocas palabras. Muy bien jugado con los recuerdos de los lectores. La niña y el padre muy acertados desde ese narrador que se ajusta perfecto al tamaño del micro.
ResponderEliminarMe ha gustado. Un abrazo.
Vaya, la atmosfera es espléndida, tanto has ofrecido en tal brevedad, que mi mente lo ha reproducido a paso lento, delicioso
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Carmen. Un relato muy visual. La pequeña protagonista con su propia voz nunca desentona. En cuanto a la moraleja del final , nada que objetar. Saludos.
ResponderEliminarMuy linda y tierna historia, con un mensaje muy claro al final, saludos, PATRICIA F.
ResponderEliminarHola, Carmen. Me ha gustado la cita que has escogido de Tagore y me ja gustado cómo la has recreado. Un abrazo.
ResponderEliminarEfectivamente una frase que adaptaste fielmente a tu pequeño relato que quedó tan sencillo y bonito.
ResponderEliminarabrazo.
Hola, Carmen. Has convertido a la ciudad en una protagonista más de la obra. Tu relato es descriptivo y tierno, bello en toda su extensión.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Cada rincón es un aprendizaje, sino como vas saber lo que es mejor?
ResponderEliminarHola, yo también he paseado de la mano por la ciudad, me has llevado con ese relato tan precioso. Gracias, Carmen.
ResponderEliminarHola, Carmen. Una preciosa cita para un delicioso relato. Esa calle que recorrían era todo un encanto. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Carmen. Tu micro es un recorrido por calles adornadas de arte en vivo. Y del aprendizaje de una niña que todo lo observa.
ResponderEliminarSaludos
Carmen, que micro tan delicioso, cada palabra, frase, y compás de la narración es un deleite para el alma, sencillamente me fascinó leerte, fue como hacer el trayecto con ellos, ver por sus ojos y sentir sus emociones.
ResponderEliminarLa frase de Tagore, infinitamente sabia, la has aprovechado al máximo.
Gracias por tan bello regalo..