El ruido fue estrepitoso. De pronto, en el sótano, se levantó una
polvareda inmensa, las alarmas sobresaltaron
a la comunidad y los inquilinos corrieron despavoridos por la escalera de incendios.
Desconcertado, el conserje pulsó el botón del
pánico, apenas un poco antes de que los teléfonos comenzaran a sonar histéricos.
Enseguida llegaron los servicios de emergencias, y los curiosos se agruparon
entre los periodistas, ante el fatídico número de la famosa calle madrileña.
El olor de
la sangre fresca se mezcló con la polvareda que inundaba el edifico. Los más avispados
corrían escaleras arriba jadeando, para llegar cuanto antes a la planta noble,
sin esperar a saber con claridad lo que había pasado. Solo unos pocos valientes bajaron al sótano, cuando
ya sabían que allí encontrarían el cadáver, aún caliente, de su jefe.
Nadie comprendía el motivo por el que se había desplomado el ascensor de repente, justo cuando estaban llegando a la planta principal.
—Sin duda, esta casa está maldita. Últimamente, pulsar
un simple botón se ha convertido en un riesgo. Soy el conserje y sé que mi obligación es avisar
a mantenimiento para que reparen los desperfectos. Pero este no pude verlo. Alguien
manipuló el elevador, estoy seguro. Un experto en desgastes que sabía
que el acero cedería sin dificultad con semejante peso. Que este edificio tiene corrosión
desde los cimientos, lo saben todos. Solo soy
un empleado, y esas cuestiones no son de mi competencia… Pobre hombre... No se merecía acabar así, da lástima verle. Morir de manera tan abyecta tiene que ser horrible.
© Carmen Ferro.
¿Accidente, maldición, asesinato...? Un micro que deja abiertas todas las posibilidades y la intriga en el aire. Muy buena narración, Carmen. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarGracias, Marta. La intención del relato es jugar a las adivinanzas. Admite muchas interpretaciones e invita a leer entrelíneas. No hay puntada sin hilo en este micro.
EliminarSiempre me ha dado mucho miedo que un ascensor se desplome y más si es conmigo dentro. Se ve que aquí alguien ha hecho todo lo posible para que así suceda. Hay casas que necesitan mucho mantenimiento.
ResponderEliminarBuen relato.
Un beso.
Exacto, Rosa. Aquí hay mar de fondo.
EliminarUn beso.
Este sí que fue un ascesor maldito. Como dice Rosa, es lo que más miedo me da de un ascensor. Por eso me compré un piso en los bajos y solo uso el ascensor para bajar al parking, o subir de él, lo cual es un trayecto de un piso y no creo que, de haber un accidente de este tipo, sufriéramos un percance mortal, je, je.
ResponderEliminarHay que ver lo que da de sí el tema, ja,ja,ja.
Un abrazo.
Pues sí, Josep, de cuánto más arriba se desciende, más duro es el golpe. La propuesta del reto es muy versátil, como siempre, y de la aportación de cada creador salen historias variopintas. Este es el motivo que nos alimenta como grupo.
EliminarUn abrazo.
Los ascensores modernos aparte de tener un mantenimiento obligatorio poseen un sistema de seguridad que hace un frenado de emergencia para que la cabina no caiga a plomo desde el último piso. Así que tranquilo Josep que no creo que tengas problemas.
EliminarDejas muchos caminos abiertos a variadas hipótesis de lo sucedido. A ciertos jefes no se les suele tener mucho cariño ni desear lo mejor. Me da a mi en la nariz...
ResponderEliminarTe dejo un abrazo.
Ay, Francisco, qué buen olfato tienes....
EliminarUn abrazo.
Este accidente deja muchas interrogantes, nos haces imaginar muchas cosas alrededor. Me encanta eso. Por supuesto que creo que todos tenemos algo de ese miedo a subir a un elevador y que se desplome así que tu relato se siente escalofriantemente cercano. Saludos.
ResponderEliminarEsa es la intención, Ana. Dejar espacio a la imaginación del lector para que haga suyas las sensaciones que le trasmita la historia.
EliminarSaludos.
Lo tiene todo maldición, asesinato, y deja algunas incógnitas. Un relato muy bueno. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Ainhoa. Las incógnitas se pueden despejar si se encuentra la fórmula que ayude a identificar a la víctima.
EliminarUn saludo.
Muy bueno tu micro y dejando vías abiertas para que cada lector las cierre a su antojo e imaginación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Macondo. Las vías están abiertas, en pocas palabras se condensa todo. Hay que poner la lupa para encontrar el hilo conductor.
EliminarUn abrazo.
Hola, Carmen. Yo veo un claro sabotaje. Alguien quería cargarse al jefe pero que pareciera un accidente. Habría aprendido de alguna película. Me ha gustado el micro. Un abrazo.
ResponderEliminarBuen punto de vista, Isan. Dicen que la realidad supera a la ficción.
EliminarUn abrazo.
Entre todos lo mataron y él sólo se murió, jejeje. Un micro con un final abierto que deja la puerta abierta a múltiples interpretaciones para poder resolver el misterio. Puede haber sido cualquiera. Original propuesta, Carmen.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, Pedro. Lo resumes muy bien en la primera frase.
EliminarSaludos.
Hola Carmen, jo después de todo lo leído, ya me imagino que el jefe lo han asesinado, no puedo evitarlo, pero por otro lado, el estado del edificio, da qué pensar. Pobre a alguien tenía que tocarle, pero que sea el jefe.... Jeje. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Eme. Piensa mal y acertarás...
EliminarUn abrazo.
Relato abierto para que cada uno lo cierre al gusto y, como dice el compañero Pedro, entre todos lo mataron y él solo se murió...
ResponderEliminarEso es, Matilde. Él solito se inmoló.
EliminarSaludos.
Le debió de tener mucho odio, para recurrir a un método tan complicado, con resultados tan violentos.
ResponderEliminarBien contado.
Un abrazo.
Hola, Demiurgo. Dicen que del amor al odio hay un paso. Ahí está clave.
EliminarUn abrazo.
Ese ascensor era un peligro y a la vista está que alguien sufrió un percance, con o sin premeditación
ResponderEliminarUn abrazo Carmen
Puri
Aquí hubo premeditación y alevosía. Un abrazo, Puri.
EliminarEl misterio del ascensor asesino. Cualquier hipótesis es posible. Me ha encantado! Estupendo relato para el reto. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchas gracias, Mayte. Un abrazo.
EliminarHola, Marta. Dejas el final abierto a la imaginación del lector y así nos conviertes en parte del relato.
ResponderEliminarUn trabajo muy bien llevado. Felicidades.
Gracias, Bruno. Entre líneas anda el juego.
EliminarUn abrazo.
¡Hola, Carmen! El encargado de mantenimiento, sin duda, conoce muy bien su oficio, je, je, je... Creo que es el primer desplome de ascensor del reto y con ello nos traes un crimen "accidental". Como se suele decir, el crimen perfecto es aquel que parece un accidente y si además echamos unas gotitas de maldición paranormal... Fantástico. Un abrazo!
ResponderEliminarExacto, David. En esa casa hay encargados de mantenimiento muy experimentados en accidentes.
EliminarUn abrazo.
Vaya tela, si tenían así el ascensor, lo siguiente se hunde la escalera o se cae el techo.
ResponderEliminarBuen micro.
Un saludo.
No se sabe cómo acabará ese edificio, Ángel. Está plagado de termitas.
EliminarUn saludo.
Ayayay!!!! que me da mucho miedo tu ascensor. En casa tenemos un montacargas para el segundo piso de la casa, con el fin de hacer accesible la subida a mi madre que tiene dificultades para subir escaleras. Yo subo y bajo por la escalera del interior de la casa. Solo entro en él cuando voy con mi madre, y eso que tenemos un buen mantenimiento técnico. En definitiva, que tu relato a fomentado mi fobia.
ResponderEliminarAl margen de lo personal, es un buen micro, nos dejas a la libre interpretación y a la imaginación las posibles causas. Seguro que alguien le tendría tirria al jefe, que no suelen ser muy populares jeje.
Buen aporte, Carmen. Un abrazo.
En esa casa todos son muy populares, Isabel. Tienes razón, en este caso el jefe no era el más popular.
EliminarUn abrazo.
ha (con hache) fomentado. glup
ResponderEliminarNo mantener en buen estado la maquinaria de un ascensor tiene sus riesgos, pero aquí hay gato encerrado... o sería mejor decir, cadáver.
ResponderEliminarMuy buen micro, Carmen. Enhorabuena.
Entre gatos y gatas anda el cuento, Kirke. Precisamente el desgaste de la máquina son las peleas felinas.
EliminarUn abrazo.
Final abierto, que deja la duda sobre que ocurrió realmente con el ascensor ¿querían matar al jefe? ¿Quién o quienes y por qué motivos? Se me ocurre que incluso el conserje pueda tener algo que ver, pese a su no muy convincente alegato de inocencia. Podría ser el comienzo de una buena historia policiaca. Buen aporte, Carmen. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Jorge. Aquí nadie es inocente. Al próximo jefe ya le tiemblan las piernas.
EliminarUn abrazo.
Vaya juego de posibilidades nos planteas. Que si un accidente, que si un asesinato, que si una negligencia... No sé, pero algo mal habrá hecho ese jefecillo, je, je.
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen!
Pues sí, el jefecillo hizo algo mal y lo pagó demasiado caro.
EliminarUn abrazo, PP.
Sabotaje o mal mantenimiento, hay que ver cómo puede ser eso de entrar en los camerinos de los ascensores. Buen ritmo.
ResponderEliminarUn abrazo
Las dos opciones suman riesgos, Albada.
EliminarUn abrazo.
Muy bueno tu relato, con un final que sugiere varias opciones, un accidente, un asesinato, vaya a saber, me gusta, muy bien planteado, saludos, PATRICIA F.
ResponderEliminarMe pregunto si será un accidente o un asesinato. Muy bien escrito el micro.
ResponderEliminarUn saludo.
Un experto es una persona que ha cometido todos los errores que se pueden cometer para no equivocase. En este caso, lo contrataste para tu relato.
ResponderEliminarSaludos.
¡Cuántas preguntas sin respuesta y cuántas aristas en tan pocas palabras! Muy bueno, Carmen, ¡felicidades! Un saludo desde la Buhardilla de Tristán.
ResponderEliminarEn los micros que llevo leídos faltaba el clásico desplome de la cabina. Muy bien traído, porque dejas la puerta abierta a varias posibilidades para que el lector piense un poco. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Carmen. La muerte del jefe tiene varias incógnitas, aunque sospecho que lo mataron entre todos y él solito se murió. ¿Sería una mala `persona...? Disfruté mucho con su lectura. Un abrazo 🐾
ResponderEliminarPlease read my post
ResponderEliminarHola, Carmen. Buena intriga nos dejas para elucubrar cualquiera de las diversas opciones posibles. Yo, por si acaso, ya he hecho mis deberes. Saludos
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