Este breve relato trata de ser un sencillo homenaje a esas mujeres cuya mala fama se basa en simples leyendas urbanas.
Qué fácil es culparnos de vuestro fracaso. Reconozcámoslo: al
principio, todas sois maravillosas.
No mentía, cuando contaba que estaba encantada contigo.
Una chica adorable. Un valor añadido a la familia. Mi hijo no podría haber tenido
mejor suerte.
Todo se torció el día que compré aquella alfombra tan
bonita, ¿la recuerdas? Tú la rechazaste y él se calló porque es un chico educado.
Pero sufrió, lo sé.
No se atrevió a contrariarte, prefirió sacrificar el orgullo
de su madre. Yo acepté el agravio. Una hace cualquier cosa por no causarle
problemas a un hijo, y menos con su
esposa.
Que tu vida sea un
infierno te lo has ganado a pulso. No me culpes.
Nos has decepcionado. Eres una desagradecida. Una advenediza que no has sabido valorar lo bien que te hemos
acogido en esta familia. No eras nadie, hasta que lograste cazar un buen
partido.
No sé qué había visto
mi hijo en ti. Un chico tan culto, tan buen mozo. Y tú… no hay más que verte.
No me extraña que te engañara con la primera que pasó por delante, en cuanto se le curó la ceguera. Lo habías hechizado, estoy
convencida.
Menos mal que ha despertado a tiempo y no mezcló nuestra sangre
con la tuya. Lo atarías de por vida.
Ahora está feliz. Esa chica es una maravilla. Casi perfecta.
Acabo de ver una colcha preciosa. Quedará genial con las cortinas que les compré el otro día.
¡Tiene tan mal gusto para decorar la casa!
Hola Carmen. Vaya con la suegra metomentodo, una vez que el chico se ha ido de casa y ya no puede controlar su vida, intenta hacerlo controlando su matrimonio y cargando contra su nuera. Me da que la arpía algo ha tenido que ver en la ruptura, muchos humos de clase alta se gasta. No le auguro buen futuro a la nueva. Nos incitas a empatizar con la chica, a pesar de que no se la nombra en el relato más que de un modo impersonal, a través de la desagradable personalidad de su suegra que desde el minuto uno se gana nuestra antipatía. Efecto bien conseguido. Buena propuesta. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Jorge. Simplemente me tomé esta recomendación al pie de la letra:
Eliminar« Para lograr la verosimilitud es imprescindible que la leyenda urbana se desarrolle en lugares concretos y conocidos, y a poder ser cercanos al entorno de los interlocutores. Por supuesto, deben estar ambientados en la época actual».
Pues eso... yo ahí lo dejo. Habelas hailas...
Un abrazo.
Ja, ja. Esa mujer no aprende y al parecer el hijo tampoco. Terminará coleccionando ex nueras y alfombras.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un beso.
Me alegra que te haya gustado, Rosa. Las pesadillas deben afrontarse con sentido del humor.
EliminarUn beso.
Uff las suegras! Bueno, algunas son buenas si. La de tu relato encaja en la categoría más refinada de suegra mala leche. Muy bueno! Saludos!
ResponderEliminarHola, Ana. Desde luego, la leyenda urbana de las malas suegras es injusta si se generaliza. Digamos que lo exagero un poco. Si alguna existe, son ya una especie en extinción; a día de hoy las relaciones ya se afrontan de manera distinta.
EliminarUn saludo.
Terrible suegra. Respira maldad que asusta. Je je me ha gustado muchisimo el relato
ResponderEliminarHola, Jose. Estoy convencida que pocas lo hacen con maldad, simplemente tratan de ayudar de manera equivocada. Claro, algunas se resisten a perder el control, y entonces las relaciones se complican.
EliminarSaludos.
Muchas madres no son capaces de cortar el cordón umbilical, y esto puede afectar en la vida amorosa de su hijo.
ResponderEliminarBuen relato que toca una realidad de muchas mujeres.
Un saludo.
Hola, Cynthia. Mas bien pienso que muchos hijos e hijas no saben desprenderse del cordón umbilical. Antes el poder materno era más influyente, muchas mujeres sufrían ese acoso, de parte a parte, no siempre la culpa está en el mismo lado. Dependerá del entorno, pero pienso que la mayoría de las madres lo que quieren es que los hijos se desenvuelvan por su cuenta.
EliminarUn saludo.
Creo ver que el problema no son las nueras sino las suegras. Y detrás de más de una hay una bruja o una malvada madrastra. (Es humor, que nadie se ofenda) yo tengo una maravillosa.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Muy bien, Francisco, reivindica la tuya. La mayoría son buenas personas: nueras y suegras, suegras y yernos... y suegros, qué de todo hay...
EliminarUn abrazo.
Hola, Carmen. Todavía quedan especímenes de este tipo, los conozco. Afortunadamente yo he tenido suerte pero conozco algún caso, que hace que tu relato esté basado en hechos reales, je, je, je. Interesante propuesta. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Pedro. La suerte también hay que cultivarla, es un mérito compartido.
EliminarUn abrazo.
Hola Carmen,
ResponderEliminarTe has decidido por la leyenda urbana de la suegra insufrible y rancia. La has descrito con los topicazos que suelen llevar alrededor así que has conseguido mi animadversión eterna hacia tu protagonista. Efecto conseguido y reto superado.
Hola, Matilde. Esta vez no tenía las neuronas muy creativas, así que recurrí al tópico fácil.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Después dicen que las brujas no existen...¡Hay cada suegra...!, o suegras, que lo de hasta que la muerte nos separe ya casi que es obsoleto. A más maridos o novietes, más suegras que sumar.
ResponderEliminarMenos mal que hoy en día, las relaciones familiares suelen ser de otro modo, con más respeto y espacio personal.
Nos has puesto enseguida de parte de la chica.
Un beso, Carmen.
Pues sí, Isabel, habelas hailas que son de cuidado. La vida actual ha cambiado, y el papel de las "so ogras" se va diluyendo. A más oportunidades, mejor se aprende a manejar los remos desde el principio.
EliminarUn beso.
Menudo retrato de mujer, Carmen, qué grima da. Tiene que dar un gusto especial compartir una velada vespertina con dicha suegra cualquier sábado otoñal. Consigues que la “amemos” como si la conociéramos de toda la vida,ja,ja,ja,ja. Buen relato. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Carmen. En este caso no se yo si es leyenda o realidad porque, aunque afortunadamente muchas no son así, de estás todavía quedan- Y ya sea su vástago varón o hembra la madre que los parió menuda H de P que era.
ResponderEliminarLa mujer que no tiene bastante con su vida y ha de organizar la de los demás mejor se quedara soltera.
Saludos 🖐🏼
Has tenido una idea genial. Traer la maldad y el metomeentodo de las suegras que es todo un tópico al que no le falta verdad. Alguien te ha comentado que el mal está en el hijo, estoy de acuerdo porque por muy buenos guisos que haga la madre hay que saber romper los lazos de dependencia. Me ha gustado mucho. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Hola, Carmen! Joder, con perdón. ¡Menuda arpía nos has traído para el reto! Algún antropólogo podría explicarnos cuándo nació esta animadversión respecto a la figura de la suegra, no así la del suegro. Quizá subyace algún complejo freudiano, entre rivalidad femenina entre la madre y la esposa del hombre. No sé... Lo que sí sé es que nos has traído un personaje deliciosamente sibilino, cuya maldad sufrirán cuantas mujeres se acerquen a su vástago. Así que, cuando tu suegra te traiga un regalo, ¡agradécelo y lúcelo! Fantástico micro. Un abrazo!!
ResponderEliminarPues yo creo que muchas suegras se han ganado esa mala fama a pulso, ja,ja,ja.
ResponderEliminarEn este caso que relatas no me extrañaría que hiciera todo lo posible por separar a su hijo de la nuera no deseada por no cuadrar con sus gustos personales.
Un relato tan bueno como interesante.
Un saludo.
Con razón tantas fábulas sobre suegras... Jajajaja. Menudo elemento. Buen micro. Abrazos
ResponderEliminarJajaja, me ha encantado el micro. Ay, esas suegras 'metementodo'. No sé yo si esta nuera le durará mucho a su hijo. Felicidades por tu narrativa. Saludos, Carmen!
ResponderEliminarAy las suegras, ja, ja, ja. La verdad es que es una leyenda más social que urbana pero casi se gana la palma. Muy bien plasmado, Carmen. Me encantó.
ResponderEliminarUn abrazo!
Esta muy bien co tenida la historia. Muy bien controlado el tempo. Las pistas justas para empezar a dudar del planteamiento unilateral de la suegra, que construye s su conveniencia. Hasta la vuelta de tuerca se final con la repeticion de acontecimientos y actitudes.
ResponderEliminarMe gustó mucho lo que voy leyendo e este reto
Saludosss
Hola, Carmen. Me he imaginado a la protagonista soltando sapos y culebras como en los tebeos de Mortadelo y Filemón. ¡Menudo ejemplar! Y ahí va la buena señora, a comprar unas cortinas para su nuera, que será perfecta hasta que un día la contradiga en algo.
ResponderEliminarMe ha gustado tu forma de encarar el reto. Has conseguido plasmar perfectamente cómo sube la tensión; cómo la señora se envenena poquito a poco a sí misma y a su hijo (eso es fácil de adivinar aunque no se nos muestre) hasta que consigue deshacerse de tamaña "desagradecida".
Muy buen trabajo. Un saludo.
Hola Carmen!! que se prepare la nueva nuera que las cortinas llevan estampados, y no son precisamente corazones. Que fama tienen las suegras, pobres, que digo que también habrá cada suegro por ahí. Un abrazote.
ResponderEliminarCon una suegra así no necesitas más enemigos. Me ha encantado como lo escribes.
ResponderEliminarAbrazos.
Hola Carmen
ResponderEliminarA nadie le deseo una suegra como esa. Y sí, es una leyenda urbana.
Has clavado a la suegra que se ha hecho leyenda. El tono del relato te hace pensar que es real o puede serlo. ¿No va a desaparecer nunca?
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen.
Hola Carmen, el micro es fantástico, plasmas con mucha fuerza esa fama legendaria de que las suegras además de metiches son insoportables, ja, ja. hay tantas historias como suegras han habido... Y esta además se pone frenética, pobre del hijo, lo que todavía le falta por aguantar, ya que las nueras vienen y van, ja, ja.
ResponderEliminarY yo que adoraba a la mía, al perder a mi madre estando recién casada fue un gran apoyo maternal para mi y mis hijos. hace unos pocos años ya que partió al otro lado.
Por otro lado voy a cumplir un año siendo suegra y espero seguir manteniendome en buena lid con el yerno, ja, ja.
Me ha gustado mucho leerte.
Que malo que existan madres tóxicas que se convierten en suegras insoportables y metiches., son estas suegras toda una leyenda..Abrazos virtuales
ResponderEliminarJoder, esa suegra no sabe qué coño es un taxi porque se desplaza en escoba.
ResponderEliminarEstas personas mangoneras suelen ser muy listas, además de celosas. Manejan a su antojo la vida de sus seres queridos, haciéndoles creer que son unas sacrificadas por su familia.
ResponderEliminarMagnífico micro, en el que en pocas palabras has retratado muy bien una situación más que frecuente.
Felicidades.
Hola carmen, muy buen relato pero yo tengo muy mal genio para estas cosas, ya que yo tengo una suegra o futura suegra, y yo le cierro la boca diciéndole que la que manda allí soy yo, y si mi marido es un calzonazos, lo mando con su madre, por que yo le espetó tú con quién te has casado o vives conmigo o con tu madre, y depende de lo que me diga lo mando de vuelta con su madre jajajaja.
ResponderEliminarMuy bueno, saludos de flor.
Hola Carmen la ojeriza de las suegras a sus nueras es general, y tú lo cuentas muy bien en tu micro relato. En este caso que nos cuentas se nota que a la señora en cuestión le gusta mandar y mucho. je je je .
ResponderEliminarUn abrazo
Puri